El final de la etapa adulta y el inicio de la "tercera edad," tradicionalmente asociada con los 65 años debido a la jubilación, marca una transición en la vida de una persona. Esta etapa está caracterizada por cambios físicos y psicológicos que a menudo se perciben como un deterioro cognitivo y social, lo que puede generar la percepción de que se acerca el final de la vida.

Aunque la esperanza de vida en Europa ronda los 80 años, esto significa que hay una etapa de vejez que puede durar 15 años o más. Por lo tanto, es esencial aprender a vivir de manera saludable y psicológicamente adaptada durante esta última fase de la vida.

Sin embargo, esto puede ser un desafío. Muchas personas mayores de 65 años enfrentan complejas situaciones familiares y económicas. Además, la sociedad y la cultura occidental a menudo no están preparadas para acomodar a las personas que ya no contribuyen económicamente al desarrollo. Esto subraya la necesidad de manejar los sentimientos y las emociones que surgen en estas edades y dar importancia a los problemas psicológicos que pueden surgir.

En resumen, estás enfocándote en la realidad de la etapa de la vejez, destacando la importancia de enfrentar los desafíos psicológicos y emocionales que pueden surgir en esta etapa de la vida. Reconoces la necesidad de apoyo psicológico y adaptación para vivir esta etapa de manera saludable y satisfactoria.