Nuestra personalidad y nuestra perspectiva sobre el mundo se moldean en gran medida durante la infancia y la adolescencia, lo cual desempeña un papel fundamental en nuestro bienestar a lo largo de la vida.

Es en estas etapas tempranas cuando se produce el desarrollo emocional, la formación de la autoestima y la adopción de formas de enfrentar dificultades. También es el momento en que se construye la capacidad para adaptarse a los cambios, relacionarse con otros y manejar la frustración.

La terapia dirigida a niños y adolescentes se enfoca en ayudarles, así como a sus familias, a afrontar las dificultades de manera efectiva. El objetivo es que el proceso terapéutico sirva como un espacio de crecimiento y aprendizaje, donde se desarrollen habilidades para enfrentar los desafíos y se promueva el bienestar emocional.

En resumen, reconoces la relevancia de abordar el desarrollo de la personalidad durante la infancia y la adolescencia, y enfatizas cómo la terapia puede proporcionar un entorno de apoyo y aprendizaje para que los niños, adolescentes y sus familias puedan afrontar las dificultades y fomentar un desarrollo emocional saludable.